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Psicoterapia de grupo

29/01/2018

El año pasado se inició el taller de terapia de grupo con el objetivo de crear un espacio donde los residentes pudieran compartir preocupaciones y donde se pudiera potenciar el lazo social. Inicialmente la psicoterapia de grupo se planteaba temporal pero después de medio año se ha decidido seguir con el grupo.

El grupo está formado por unos doce participantes sin deterioro cognitivo o con deterioro cognitivo leve.

Unas de las características principales de los participantes es la predisposición a participar en un trabajo compartido que requiere tolerancia, compromiso e interés a escuchar “al otro”.

Empezamos con una dinámica de grupo presentándonos. Diciendo el nombre, y explicando el que quisiera cada cual tomando un rol activo y expresando inquietudes o intereses comunes. Gradualmente se ha ido añadiendo más datos de cada cual, aprovechando esta información para utilizarla para una dinámica de grupo con el objetivo de conocerse entre ellos. Alguno de estos datos se intenta recordar durante las siguientes sesiones por cada uno de los miembros, siempre con ayuda y de manera lúdica.

Paralelamente, se intercala en cada sesión de grupo diferentes actividades: lectura de cuentos con metáfora, ejercicios de imaginación guiada y visualizaciones, y una ronda de preguntas sobre diferentes aspectos como historia de vida, emocionales y espirituales.

Hay que señalar que en esta etapa de vida las secuelas de accidentes cerebrales vasculares, los lutos, conflictos familiares, falta de comprensión de los propios síntomas y casi siempre la soledad, han provocado al anciano a sumirse en el dolor y aislamiento. Por este motivo la posibilidad de expresar las emociones, el interés por los otros ayudan a flexibilizar posiciones narcisistas y evitar restar centrados en sí mismos, por eso son una importante alternativa que pone de relieve la importancia del lazo social.

El objetivo de la psicoterapia de grupo es el de aliviar las preocupaciones, aprender sobre uno mismo y entender cómo son comprendidos por los otros con la ayuda de un guía, convirtiendo esta interacción con un método potente de cambio y crecimiento.

Según Erikson en esta etapa la persona se sitúa en el último periodo de vida enfrentándose al dilema de la integridad (un fuerte sentido vital y preparada para dejar este mundo) versus desesperanza (crisis no superadas el que comporta personas no preparadas para morir).

Este espacio grupal es altamente valorado por los participantes. A partir del trabajo realizado en este grupo ha aumentado la comprensión sobre diferentes problemáticas y dudas, y el que es más importante se ha construido un espacio propio, una identidad de grupo, un “nosotros”, que ayuda al participante a sentir que forma parte de un conjunto más grande.

Ester Mercader
Psicóloga del Centro